Camina conmigo

Me encanta la imagen de caminar como analogía de la vida, de la fe y de nuestras relaciones con los demás. Para el día de los padres, mi hijo me regaló un bello cuadro que pintó en su escuela con un poema titulado, “Papá, camina conmigo.” Esto me hizo reflexionar sobre las muchas oportunidades que nos da Dios para acompañar a otros por las sendas de la vida, y más específicamente en el camino de la fe. Como catequistas tenemos la hermosa oportunidad de caminar y encaminar a nuestros alumnos en la fe a través de la enseñanza y modelando un vivir y actuar conforme al Evangelio. Sin embargo, tenemos que darnos cuenta que, aunque nuestro ministerio es el de trasmitir la doctrina y las enseñanzas de la Iglesia, en realidad no somos nosotros los que verdaderamente educamos a los niños. Los primeros educadores son los padres. Tenemos que tener conciencia de esto y buscar las maneras en que, como maestros y catequistas, debemos educar a los padres de familia en esta sacra responsabilidad.

Hace un par de meses atrás cuando comenzaba a escribir este blog, le comenté a mi esposa lo contento que estaba pues el lanzamiento de mi blog iba a coincidir con el comienzo no solo del año escolar, sino también con el comienzo de la educación religiosa de nuestro hijo en nuestra parroquia. Mi esposa, muy sabia y elocuente me respondió que la educación religiosa no comienza cuando el niño se matricula en un programa catequético de alguna parroquia sino comienza desde que el niño nace, o en nuestro caso, desde que el niño es adoptado. Tengo que reconocer la sabiduría y lo acertado de los comentarios de mi esposa. Como padres de familia, como adultos bautizados, debemos de comenzar a instruir a nuestros hijos en la fe desde temprana edad, inclusive mucho antes de que empiecen la catequesis formal en la parroquia. Además, implícito en el comentario de mi esposa está muy presente la idea de que los educadores en la fe somos los padres y no los maestros de educación religiosa.

En nuestra labor de catequistas debemos buscar las maneras concretas de establecer lazos entre el hogar y el salón de clase. Debemos de mantenernos siempre en contacto con los padres y guardianes de nuestros alumnos por medio de correspondencia, cartas, correo electrónico, llamadas telefónicas, etc. También podemos pedir a los padres, por ejemplo, que repasen partes de las lecciones con sus hijos, o que se involucren en el prestar horas de servicio comunitario con ellos. En nuestra parroquia, se le pide a los padres de familia que vengan a observar el salón de clase y que se ofrezcan de voluntarios durante el año escolar en las muchas actividades del programa. Una idea que involucra a los padres en el caminar de la fe con sus hijos es el requerir que las horas comunitarias se hagan en tres niveles distintos: A nivel familiar, a nivel parroquial y a nivel comunitario. Este método no exige el completar un número específico de horas, sino más bien el pedir que padres e hijos conversen y reflexionen en las distintas maneras de cómo sirvieron a la comunidad durante la semana. De este modo, se unen los lazos familiares, parroquiales y comunitarios, los padres sirven de modelo y ejemplo de vida cristiana y, a la vez, padres e hijos se acompañan en el camino de la fe.

 

photo copyFrancisco Castillo, DMin, catequista desde la edad de los doce años, trabaja como editor en jefe y especialista multicultural para RCL Benziger Publishing. También se desempeña como profesor adjunto de estudios religiosos en el Broward College en Pembroke Pines, Florida.

Trabajó durante 13 años como educador católico de la Arquidiócesis de Miami en enseñanza secundaria y sirviendo como jefe del Departamento de Teología y Director de Pastoral Colegial. Es miembro de la Academia de Teólogos Católicos Hispanos de los Estados Unidos (ACHTUS por sus siglas en inglés), miembro del Instituto Nacional Hispano de Liturgia y del Festival Internacional de Cine Juan Pablo II. Sus intereses profesionales incluyen la Doctrina Social de la Iglesia, teología litúrgica, la teología y liturgia estética, teología de la liberación, la teología hispana/latina de los Estados Unidos, los estudios religiosos, religión comparativa, la religión y el cine, y la identidad cultural.

Algunas de sus publicaciones se pueden encontrar en Momentum, Ministry and Liturgy, y Amen. También es escritor y poeta, su libro de poesía titulado, Mis Primeros Poemas, fue publicado en 2013 por el Círculo de Escritores y Poetas Iberoamericanos (CEPI). Vive en el sur de la Florida con su esposa e hijo.